Un futuro en el que podamos disfrutar de carne sin tener que sacrificar animales ni dañar el planeta es posible; una posibilidad que, según una reciente encuesta, ya entusiasma a más de la mitad de los españoles.
Recientemente, el The Good Food Institute Europe publicaba los resultados de una encuesta que ha puesto de manifiesto un creciente interés de los españoles por las alternativas alimenticias más sostenibles y éticas, como es el caso de la carne cultivada. Según los resultados del estudio, un 58% de los españoles está a favor de que la carne cultivada llegue a España. Este apoyo refleja un consenso generalizado en torno a la importancia de explorar nuevas opciones en la industria alimentaria.
Apoyo a la investigación
El estudio también destaca que un 60% de los encuestados respalda la producción de carne cultivada en España, reconociendo las oportunidades que este sector podría traer al país, no solo desde el punto de vista alimentario. La posibilidad de generar empleo, fomentar la investigación y desarrollo (I+D) en la industria alimentaria, así como mejorar la sostenibilidad del sistema de producción de alimentos, son factores clave que han motivado este apoyo.
La carne cultivada contribuye a la creación de puestos de trabajo de alta cualificación en sectores relacionados con la biotecnología, la producción alimentaria y la investigación científica. En este sentido, España cuenta con empresas pioneras como BioTech Foods, que se encuentran a la vanguardia del desarrollo de carne cultivada, posicionando al país como uno de los líderes emergentes en tecnologías innovadoras dispuestos a hacer frente a los retos globales de la seguridad alimentaria y el cambio climático.
La clave para seguir avanzando en este campo radica en la investigación y desarrollo (I+D) en el sector alimentario, una actividad fundamental para impulsar la innovación y garantizar un suministro de alimentos más seguro, sostenible y nutritivo.
Gracias a la I+D, es posible descubrir nuevas tecnologías que optimicen los procesos de producción, mejoren la calidad de los productos y reduzcan el impacto ambiental. En un mundo cada vez más preocupado por la sostenibilidad, la I+D facilita el desarrollo de alternativas como la carne cultivada, que ofrece soluciones a problemas como la sobreexplotación de recursos naturales, las emisiones de gases de efecto invernadero y el bienestar animal. De hecho, el 48% de los encuestados considera que el gobierno debe invertir en I+D para acelerar el desarrollo y la disponibilidad de la carne cultivada en el mercado. Esta inversión no solo aceleraría la llegada de esta innovadora alternativa alimentaria, sino que también consolidaría a España como un referente global en la innovación alimentaria, independientemente de las diferencias ideológicas, ya que el apoyo a la I+D en este sector ha demostrado ser una prioridad nacional.
Cambios de hábitos
Un aspecto interesante de la encuesta es que un 39% de los españoles planea reducir su consumo de carne convencional en los próximos dos años, lo que refleja un cambio en los hábitos alimenticios hacia opciones más sostenibles. Esto va de la mano con una tendencia global que busca alternativas más respetuosas con el medio ambiente. La carne cultivada podría ser una de esas alternativas, ya que, según estudios científicos, su producción utilizando energía renovable podría reducir las emisiones de gases de efecto invernadero hasta un 92%, reducir la contaminación del aire en un 93% y usar hasta un 95% menos de superficie agrícola en comparación con la ganadería convencional. Esto no solo tiene beneficios medioambientales, sino que también podría contribuir a la conservación de los ecosistemas, evitando problemas como la desertificación y el abandono de tierras agrícolas.
Los españoles muestran su curiosidad
El 56% de la muestra de españoles consultados afirmó que estaría dispuesto a probar la carne cultivada al menos una vez, lo que sugiere que hay un nivel significativo de curiosidad y apertura hacia este tipo de productos. Además, el 24% consideraría sustituir parte de la carne convencional por esta nueva alternativa si estuviera disponible en el mercado español.
Es previsible que a medida que la población se familiarice cada vez más con la carne cultivada, aumente la disposición de las personas a probarla e integrarla en su dieta. La carne cultivada pasa por estrictos controles de seguridad alimentaria, cumpliendo con los mismos estándares rigurosos que los productos de carne convencional, lo que garantiza su seguridad para el consumo humano. La información y la educación sobre este innovador proceso de producción ayudarán a reducir dudas y generar confianza entre los consumidores y más personas estarán abiertas a adoptar la carne cultivada como una alternativa viable y sostenible, sabiendo que se trata de una opción no solo ética, sino también segura y saludable.
El apoyo creciente hacia la carne cultivada en España no solo está impulsado por el deseo de encontrar alternativas más sostenibles y éticas en la alimentación, sino también por el potencial que ofrece esta tecnología. A medida que la ciencia y la tecnología avanzan, los consumidores están cada vez más dispuestos a explorar nuevas opciones que les permitan tomar decisiones más conscientes, tanto a nivel personal como colectivo. Sin duda, la carne cultivada representa una de las innovaciones alimentarias más prometedoras de los próximos años.