Una conocida frase del célebre cineasta Woody Allen nos lleva de forma directa al poder que tiene la creación de inventar un porvenir mejor y más ilusionante en todo lo que hacemos y sentimos, inclusive para idear y adelantarnos a los nuevos gustos del consumidor: “Me interesa el futuro porque es el sitio donde voy a pasar el resto de mi vida”. Y eso es lo que pasa hoy en la industria alimentaria biotecnológica: trabaja silenciosa pero sin distracciones en lo que estará mañana en los platos de los consumidores.
La disposición de los consumidores a probar nuevos alimentos se ha convertido en un indicador del dinamismo y la adaptabilidad de la industria alimentaria. Según el último estudio de McKinsey&Company “Novel proteins: Consumer appetite for sustainably made ingredients” , hasta un 67% de los consumidores está dispuesto a probar nuevos ingredientes. No obstante, para que esta disposición se traduzca en un éxito comercial, es fundamental ampliar el conocimiento del consumidor acerca de estos nuevos alimentos. Este enfoque es un impulso real de la innovación dentro de la industria.
Tendencias y disposición del consumidor
En los últimos años, se viene observando un incremento de la intención de los consumidores por explorar productos innovadores. La industria alimentaria aprovechará esta tendencia para transformar el mercado, y para capitalizar este interés, es necesario incrementar también la información entre los consumidores, de manera que se sientan preparados para probarlos.
Los consumidores de hoy muestran una creciente apertura a experimentar con alimentos y bebidas que se desvían de lo tradicional, especialmente aquellos que sugieren beneficios para la salud o se alinean con valores como la sostenibilidad y el cuidado del planeta.
Una industria en evolución
Para maximizar el impacto de la innovación y la disposición del consumidor a probar nuevos alimentos, además de una adecuada información que explique los beneficios de los nuevos productos, debe continuarse en el desarrollo de alimentos que respondan a las tendencias emergentes que potencian la salud, sostenibilidad y respeto por el bienestar animal.
La disposición de los consumidores a probar nuevos alimentos es un activo valioso para la industria alimentaria, cuyo éxito dependerá de la capacidad de las empresas para conectar con sus consumidores. Al combinar innovación con estrategias efectivas de divulgación al consumidor, se podrá liderar el camino hacia una industria alimentaria más dinámica y diversa, sostenida por el interés del consumidor en un mercado en constante evolución.
La industria alimentaria ha experimentado una cambio significativo a lo largo de las últimas décadas, impulsada por avances tecnológicos, cambios en los patrones de consumo y una mayor conciencia sobre la salud y la sostenibilidad.
El surgimiento de empresas de biotecnología ha permitido la producción de alimentos funcionales y alternativas a la carne que imitan el sabor y la textura de los productos animales, como es el caso de los productos plant based, o que logran producir carne real sin sacrificio animal, como es el caso de la carne cultivada. Además, la digitalización ha transformado la forma en que los consumidores interactúan con los productos alimentarios, facilitando el acceso a información nutricional y a la trazabilidad de los ingredientes. Esta evolución es imparable, con la industria adaptándose a las demandas de los consumidores por innovación, transparencia y responsabilidad social.