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¿Están los consumidores dispuestos a gastar más en un producto sostenible?

Según un reciente estudio de Reewild, empresa dedicada a promover la toma de conciencia medioambiental y ayudar a empresas y consumidores a disminuir su huella de carbono, los consumidores están dispuestos a pagar un 12% más si el producto que adquieren es respetuoso con el planeta.

Algo que, sin duda, es más significativo en medio de la incertidumbre económica y las presiones financieras que enfrentan muchas familias hoy en día. Este cambio de mentalidad no solo refleja una preocupación cada vez mayor por el medio ambiente, sino que también indica una evolución en las prioridades del consumidor hacia la sostenibilidad y la responsabilidad social; es decir, se está dando el paso desde un estado de preocupación pasivo hacia una actitud activa en el comportamiento de los consumidores.

La creciente conciencia sobre los impactos negativos de la producción y el consumo descontrolados ha llevado a un cambio de paradigma. Los consumidores están reconociendo que el precio más bajo no siempre refleja el verdadero coste de un producto, especialmente cuando se consideran los efectos a largo plazo en el medio ambiente y en las comunidades locales.

Asimismo, este cambio de mentalidad no se limita a un segmento demográfico específico; es una tendencia que abarca todas las edades, desde la generación Z y los millennials hasta las generaciones más maduras. Aunque es lógico que el mayor poder adquisitivo facilite que sean las generaciones más mayores las que puedan hacer un mayor desembolso, lo que no significa que los jóvenes no tengan esa misma conciencia medioambiental.

Más allá del marketing

No obstante, hay que tener claro que el greenwashing, o concebir la sostenibilidad como una cuestión meramente de imagen, no va a ser suficiente para conectar con este consumidor, sino que es esencial que estos productos estén alineados con valores auténticos de sostenibilidad y responsabilidad social. Los consumidores no solo buscan un producto de calidad, sino que también demandan transparencia y coherencia en las prácticas de las marcas en las que confían.

El consumidor busca una relación más profunda con las marcas, una conexión que trascienda la mera transacción comercial y refleje un compromiso compartido con la protección del medio ambiente y el bienestar social. En este sentido, las empresas que adoptan una postura proactiva hacia la sostenibilidad no solo ganan la fidelidad de sus clientes, sino que también contribuyen de manera significativa a la construcción de un futuro más sostenible y ético.

Para muchas personas, la compra de productos sostenibles no es simplemente una elección de estilo de vida, sino un acto de responsabilidad hacia las generaciones futuras; por lo tanto, es necesario responder de manera adecuada a estas inquietudes y satisfacer verdaderamente las demandas del mercado.

No obstante, es fundamental reconocer la necesidad de que los productos sostenibles sean asequibles y accesibles para todos los consumidores. Si bien existe una creciente oferta de productos que respetan el planeta, es importante garantizar que esta opción no esté limitada únicamente a aquellos con mayores ingresos. Democratizar el acceso a productos sostenibles no solo amplía el impacto positivo en el medio ambiente, sino que también promueve la equidad y la inclusión en el mercado. Las empresas y las instituciones tienen un papel crucial en este aspecto, trabajando juntos para desarrollar soluciones que hagan que la sostenibilidad sea una opción viable para todas las personas, independientemente de su situación económica.

Por eso, en BioTech Foods trabajamos con el objetivo de que la carne cultivada pueda ser una opción accesible a todos aquellos consumidores que quieran optar por esta forma alternativa de ingerir proteína animal. Actualmente, uno de los grandes desafíos para la carne cultivada es la producción en volumen y coste adecuados. La nueva planta de BioTech Foods permitirá establecer una línea de producción de carne cultivada altamente eficiente para responder tanto a este reto como a la necesidad global de un sistema de producción de alimentos más equilibrado, que aporte ventajas de sostenibilidad.